15/02/2009
El domingo sin hacerle caso al tiempo, nos fuimos a caminar por la Sierra de Irta, una franja de unos 22 km de costa milagrosamente libre de urbanismo, aunque estuvo todo el día nublado no llovió lo cual es de agradecer.
Las rutas que hay por la sierra nos dejan ver el mar durante la mayoría del recorrido, cuando no nos encontramos con un mar de lomas recubiertas de monte bajo con aliagas, romero y tomillo, llentiscle y palmitos. Por cierto no hay sombras llevaros gorra o sombrero.
En la sierra hay restos de masías y corrales, en esta ruta se pasa al lado del Corral de Baltasar, bastante grande y con mucho trozo en pie, se ven dos arcos en buen estado, más adelante la senda pasa por al lado de los restos de una antigua masía de la que queda en pie y con agua un antiguo pozo. La senda pasa después junto al ramal que nos lleva al Castillo de Pulpis, vale la pena visitarlo y admirar el valle que controlaban. Por último la Ermita de Sant Antoni, con unas estupendas vistas del valle que llega al mar.
Caminar por la Sierra de Irta tiene la peculiaridad de tener siempre una visión ondulada del horizonte ya que esta recubierta de una vegetación de una altura muy regular e inferior en la mayoría de los tramos a la de los senderistas, en cuanto a la fauna lo que más se mueve por la zona son las vacas y pájaros, hay rapaces pero son difíciles de ver.
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